La vida es simple, sencilla, los seres humanos somos los que nos enredamos y contaminamos. Nuestra juventud hoy se está “jodiendo la vida” se está boicoteando.
En este 2023 que está por terminar, hemos contado varias historias donde la falta de tolerancia le ha cambiado para mal la vida a muchos jóvenes, no están pensando en las reacciones de sus actos, sus impulsos y falta de límites, los ha llevado a perder su libertad, a estar prófugos de la justicia, a adquirir una discapacidad, a estar en el hospital por largas temporadas o incluso a perder la vida.
La falta de valores, la falta de tolerancia, la falta de empatía, de respeto y control de emociones ha provocado que las generaciones de jóvenes resuelvan todo a golpes, sin pensar en las consecuencias.
En 1997 Televisa tenía una campaña denominada; “Con cariño es mejor, cuenta hasta 10”. Era simple contar hasta 10 cuando la ira se apoderaba de las circunstancias, invitaba a la gente a respirar para darle una mejor solución al problema. Hoy ya no existe ninguna campaña similar, pero todos los canales de televisión, internet y plataformas deberían dar su contribución social, en esta crisis de valores que está viviendo.
Hoy lo primero que ocurre con nuestros jóvenes y toda la sociedad, es contestar a golpes, con todo lo que pueda provocar un daño mayor.
Ejemplos, muchos, los más resientes; la golpiza que varios jóvenes le propinaron a Ernesto Calderón en Puebla que dejó como saldo que el joven agredido perdiera un ojo, uno de sus agresores esté detenido y otros más prófugos de la acción de la justicia.
Otro caso, donde una menor de 14 años que en marzo pasado mató a golpes a su compañera de clase en una riña callejera a las afueras de la secundaria oficial 518, en San Juan Teotihuacán, fue sentenciada a 3 años de internamiento por un juez especializado en justicia para adolescentes.
El caso del joven Cristian Carranza que estuvo dos semanas en el Hospital luego de haber sufrido quemaduras de primer y segundo grado en las piernas, genitales y glúteos, provocadas por sus compañeros de taller que le rociaron gasolina y prendieron fuego.
Así muchos casos más donde se han perdido vidas, la salud, se han adquirido discapacidades, se ha perdido la libertad y hay secuelas para toda la vida por una mala reacción. Toda acción tiene una reacción y si la acción es mala, claro que la reacción será mala.
Esta juventud simplemente no tiene límites y no piensa en las consecuencias de sus actos.
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