Mi lista de deseos
La situación de violencia, la caída del poder adquisitivo, la falta de oportunidades, las buenas noticias falsas y todo eso que golpea seriamente a las familias trabajadoras, nos hace tener la esperanza de que el 2024, traerá mejoras en todas esas cosas.
Sabemos que no entra el año nuevo, es sólo un día más, una manera de contar los días que vivimos, pero tradicional y emocionalmente esperamos que sea un reinicio, que todas las cosas desafortunadas y malas que vivimos sean compensadas en este 2024.
A estas ilusiones se suma el proceso electoral 2024 y la renovación de más de mil cargos de elección popular en el Estado de México, pero el realmente importante, es el cambio de la presidencia de la república; este sí será un cambio impactante, incluso si gana Morena.
¿Y por qué lo digo? Porque por primera vez una mujer tomará las riendas del país, y sea quien sea, ya no será Andrés Manuel López Obrador, y por mucho que sea del mismo partido –Morena- el que gane, es otra persona, es una mujer preparada, con ideas propias que, esperamos, actúe por mutuo propio.
En cualquiera de los dos casos, Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, deberán de rodearse de expertos sí, pero deshacerse de influyentismo machista; poner en marcha ideas propias salidas del corazón y la experiencia de una mujer.
Por otro lado, el PAN, PRI, PRD, deben también, dejar ir. Sí, dejar ir todo eso que los tiene con un pie en la tumba; renacer con las bases y la militancia; tomarla en cuenta, escucharla, considerarla y sacrificar los intereses personales por los de las masas.
Tienen la misión de no permitir que se pierdan los Congresos, ni el local, en caso del Estado de México, ni el federal. Eso es lo único que impedirá el autoritarismo total y donde los ejecutivos puedan actuar a su libre antojo sin que haya ninguna fuerza que haga equilibrio.
Recuerden que a nadie se le debe dar ni todo el dinero, ni todo el amor, ni todo el poder. Eso envilece a todo ser humano.
Mi lista de deseos para el 2024
Y pues ya encarrerados y para reiniciar mi mente y mi corazón, espero que Dios –o el diablo- se lleve de este plano terrenal a todos los asesinos, secuestradores, extorsionadores, maltratadores de personas vulnerables y de animalitos, con un poquito de dolor, si se puede por favor.
Que en los puestos de elección popular queden personas nobles que realmente piensen en mejorar la calidad de vida de sus gobernados y no sólo busquen enriquecerse; que cumplan sus promesas y que hagan equipo para caminar todos en un solo sentido, sea del partido que sea.
Me queda claro que no es el partido, es la persona, y 2024 es el año de las mujeres, por lo que espero que no se envilezcan y muestren que el poder femenino sí es capaz de enderezar un país en crisis. Tienen mi voto de confianza total; la historia las juzgará.
Y ya para terminar con ésta, mi primera colaboración del año, pido que sea un ¡Feliz 2024! Para todos mis lectores y la gente bien intencionada; ¿O es mucho pedir?