Imagina por un instante que uno de los miembros de tu familia desaparece, de manera inmediata buscas ayuda por parte de las autoridades, de la sociedad y de todo aquel que represente una esperanza.
En nuestro país, más de 100 mil personas están desaparecidas, o como dice la Comisión Nacional de Búsqueda: ” personas cuyo paradero no se conoce”, no importa el término, lo importante es que no se sabe de su paradero.
Los métodos de búsqueda no han sido los más efectivos, los cruces de información entre las autoridades municipales, estatales y federales parecen no tener éxito, porque los números siguen en rojo, la causa; falta de profesionalismo y de tantita madre.
Un ejemplo, que causó indignación, ocurrió en Jalisco, fue el caso de Lupita, María Guadalupe Alcalá Macías de 16 años de edad, quien desapareció desde el pasado jueves 24 de marzo de 2016, ahí inició un viacrucis para su familia. Su mamá la buscó durante ocho años, más de tres mil días de angustia, miedo, desesperación e impotencia.
La mamá de Lupita, la señora María del Rosario Macías dio parte a las autoridades y la buscó en los lugares comunes de inicio, hospitales, comisarías y hasta SEMEFOS, sin éxito alguno, además se sumó la sociedad y hasta medios de comunicación a través de las fichas de búsqueda.
El 16 de julio de 2024, ocho años después de su desaparición, la señora María del Rosario recibió el reporte que había un cuerpo que había dado positivo en las pruebas de ADN, pero ocho años después, y en un lugar donde ya había tocado la puerta.
El Servicio Médico Forense de Jalisco tuvo ocho años el cuerpo de Lupita, mientras su mamá, vivía la agonía de la búsqueda de su hija.
Seguramente, historias similares existen, no se vale jugar con el dolor de las familias, no se vale que en temas sensibles existan incompetencias.
Todos los días en diferentes puntos de nuestro país, existen hallazgos de fosas clandestinas, cuerpos sin identificar en ríos, milpas, caminos, casas abandonadas y muchos otros lugares.
En parte de las autoridades; fueron localizados x determinado número de cuerpos, pero sin identificar, y así se van acumulando los casos, por ello muchas familias siguen con la zozobra de no saber de sus seres queridos, siguen en la agonía de la búsqueda, una búsqueda de paz, una búsqueda de tranquilidad y de saber por lo menos qué fue de su familiar.
No existe un cruce de información del ADN de las personas que están siendo buscadas y de las personas que han sido localizadas.
Las 100 mil personas desaparecidas de nuestro país, son las que cuentan con registro de su búsqueda, previa acta levantada.
Es urgente, una restructura del modelo de búsqueda de nuestro país.
En el valle de Toluca, seguimos buscando a Agustín Oropeza Armendáriz y Juan Carlos Zaldívar Zaldívar, a Diego Alberto Alonso Olín, a Cynthia González González, y muchas otras personas más, que sus familiares simplemente ya no saben qué más hacer.
Es urgente que las autoridades sean empáticas, que se pongan en el lugar de los familiares que tienen una búsqueda y sumar esfuerzos, no podemos ser indiferentes al dolor, hoy nuestro país reclama acciones eficaces, esfuerzos unificados. No es tema de partidos políticos, se trata de un tema de humanismo, empatía y de tantita madre.
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#DigitalMex
#LupitaEscobar
