La semana pasada se dio un paso importante en la Legislatura Local del Estado de México con la instalación de la Comisión Legislativa de Derechos Humanos, presidida por la Diputada Ruth Salinas Reyes, quien mostró un claro compromiso al asumir el liderazgo de este órgano. El acto contó con la presencia de destacados actores del ámbito académico, de salud y de derechos humanos, lo que refleja la relevancia de los temas que están sobre la mesa.
Como he mencionado es urgente que haya un pronunciamiento sobre temas de vital importancia para nuestra sociedad, como la interrupción legal del embarazo, la identidad de género, la adopción homoparental, la seguridad pública y amnistía. Estos son asuntos que tocan la vida de miles de mexiquenses y sobre los que no podemos seguir postergando decisiones. No basta con tener discursos, necesitamos acciones claras y contundentes, y para ello es indispensable escuchar a las organizaciones de la sociedad civil. Ellas son la voz de muchos sectores que, a menudo, permanecen marginados de las discusiones políticas.
La defensa de los derechos humanos no se realiza desde oficinas cerradas o detrás de barreras. Defender los derechos humanos significa escuchar, estar cerca del pueblo, entender las necesidades reales de la gente. Durante mi gestión en la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), siempre insistí en que el organismo debía estar en contacto directo con la ciudadanía, porque no se puede defender lo que no se conoce. Hoy, más que nunca, los derechos humanos deben resignificarse, deben volver a sus raíces: proteger a quienes lo necesitan, sin distinciones y sin excusas.
Me preocupa que temas cruciales en la agenda del estado hayan quedado rezagados. La Comisión Legislativa tiene la oportunidad histórica de enmendar ese camino, y estoy seguro de que Ruth Salinas sabrá estar a la altura del desafío. Pero para ello, debe empezar por escuchar las voces de la sociedad civil, de la academia, de las personas que enfrentan diariamente violaciones a sus derechos.
Finalmente, me parece fundamental que se considere la posibilidad de hacer vinculantes las recomendaciones de la Comisión de Derechos Humanos. No podemos seguir permitiendo que sus resoluciones se queden en palabras sin consecuencias.
El avance en derechos humanos en nuestro estado no ha sido proporcional al esfuerzo que se ha invertido. Es hora de pasar del discurso a la acción, de convertir a la Comisión en una verdadera defensora de los derechos de los mexiquenses.
El reto que tiene la Comisión es enorme, pero también lo es la oportunidad de marcar un antes y un después en la historia de los derechos humanos en nuestro estado. Defendamos los derechos de todos, sin excepción. Solo así podremos construir un Edoméx más justo y más humano.
