La ciudadanía que habita las grandes ciudades se mueve en diversos espacios todo el tiempo; a lo largo de un día la movilidad de las personas pasa del ámbito doméstico al laboral, del académico al social, del profesional al recreativo. Nos ubicamos en múltiples lugares, a diferentes horas, con innumerables propósitos y condiciones.
Tenemos a disposición múltiples herramientas socio digitales (aplicaciones web y móviles) que permiten, con dos clics, saber la cercanía de un restaurante, una gasolinera, un banco y un hospital; asimismo, conocer el menú; el costo por litro; la cotización del dólar o el tiempo de espera en la fila del supermercado. De la misma forma podemos saber si va a llover, la temperatura en el ambiente; el horario en que pasa el autobús y la película de estreno –incluida la compra de tickets–; las ofertas de la tienda departamental más próxima, por si acaso. Todo con el fin de facilitarnos la vida y tomar mejores decisiones.
La incesante movilidad implica riesgos y, donde quiera que usted se encuentre, existe la posibilidad de enfrentarse a ellos, dependiendo de varios factores, siempre dinámicos. Por eso cuando “usted está aquí”, ocupa un espacio bajo ciertas condiciones, durante determinado tiempo, con diversas capacidades, limitaciones y vulnerabilidades. El lugar en donde usted está leyendo esta columna –me refiero al edificio o instalación– se encuentra dentro de un polígono cartográfico, determinado por coordenadas geoespaciales; dentro de una zona urbana, rural o de transición; se ubica dentro de un corredor habitacional, comercial o industrial, según sea el caso.
Este sitio está incluido en el Atlas Nacional de Riesgos y ya ha sido estudiado y analizado por especialistas en la materia –sí, aunque usted no lo crea– y la información está al alcance de su mano, también con dos clics, y pueden conocer los peligros que amenazan su Colonia, Barrio o Delegación; el grado de exposición, frecuencia y magnitud con la que impactan los fenómenos perturbadores (sismos, inundaciones, explosiones, accidentes epidemias, etc.); así como las vulnerabilidades (físicas, sociales e institucionales) que aquejan su entorno inmediato. Todo con el fin de salvaguardar su vida y tomar mejores decisiones: http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/
Basados en la figura de aquel hombre gigante de la mitología griega que sostiene sobre sus hombros al globo terráqueo por castigo de Zeus, los Atlas de Riesgo son un “Sistema integral de información sobre los agentes perturbadores y daños esperados, resultado de un análisis espacial y temporal sobre la interacción entre los peligros, la vulnerabilidad y el grado de exposición de los agentes afectables”, según el Artículo 2, Fracción IV, de la Ley General de Protección Civil.
Además del Nacional, existen también los Atlas Estatales y Municipales, cuyo nivel de identificación y análisis es más detallado y la información de cada nivel de gobierno funciona como base referencial del siguiente, es decir, que para el caso del Estado de México, por ejemplo, los Atlas de Riesgos de los 125 Municipios que lo conforman sustentan la identificación y análisis de riesgos de toda la Entidad; así, los 32 Estados de la República son la base del Nacional, como el fenómeno de la Matrioska Rusa, una dentro de la otra. A través de diversas capas de información (Shapes) se describe y clasifica al país con información sobre el comportamiento de los peligros, el valor y la vulnerabilidad de los bienes expuestos, con el objetivo de crear escenarios, estimar pérdidas y, sobre todo, planear mejor el territorio y la gestión del riesgo de desastre.
En el Atlas de Riesgos Municipal –anímese a consultarlo–, usted puede encontrar Mapas de Peligros, Inventario de Bienes Expuestos (población, vivienda, edificaciones, infraestructura estratégica, instalaciones de servicios básicos); Mapas de Susceptibilidad (probabilidades de que en una ladera se produzcan movimientos en masa: caídas, derrumbes, flujos, etc.); Inventario de Vulnerabilidades; Escenarios de Riesgo (proyecciones que sirven para el análisis prospectivo de daños y pérdidas; las acciones a implementar para reducir daños probables). Consulte aquí: http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/archivo/cob-atlas-municipales.html
Esta información es para compartir y conocer más sobre cómo protegerse y tomar mejores decisiones, ¡Atrévase a saber! Y recuerde que el espacio más seguro lo hace usted mismo. Esto es también protección civil. ¡Que su semana sea de éxito!
Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre
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