A propósito del reto que implica transformar la salud en el gobierno de Delfina Gómez Álvarez, recordarán que el pasado 17 de febrero, trabajadores de Salud del Estado de México se manifestaron en varios puntos de la entidad y en la Ciudad de México; sus demandas, como otras exigencias, no son nuevas: mejores condiciones laborales, pago de salarios de enero, insumos y abasto de medicamentos en hospitales y clínicas.
Alarmante es el silencio ante la información que este fin de semana circuló en redes sociales, en donde a través de un video se muestra a dos presuntos trabajadores del Hospital General “Dr. José María Rodríguez”, de Ecatepec, a quienes se graba y se les señala por un supuesto robo o sustracción de insumos y medicamentos en sus autos particulares.
El Hospital General “Dr. José María Rodríguez” de Ecatepec es administrado por la coordinación estatal de IMSS-Bienestar de la entidad y de los avances e investigaciones de los hechos suscitados ha guardado completo silencio.
A decir de empleados que por miedo a represalias no mencionamos aquí sus nombres, no es la primera vez que ocurre este tipo de corrupción en el hospital y en otros. Generalmente son trabajadores que seguramente se sienten protegidos por el SNTSA. Sustraen descaradamente medicamentos e insumos, con el modus operandi de solicitar para un mismo paciente más medicamento del que utilizará en realidad, y el sobrante es colocado en cajas para después sacarlo de la unidad médica y venderlo.
Deben ser las autoridades correspondientes del OPD IMSS-Bienestar en el estado, quienes deben responderle a las y los mexiquenses que siguen realizando un oneroso gasto de bolsillo para atender su salud.
Guadalupe Guerrero Avendaño, como responsable estatal del organismo, no ha emitido información oficial y las acciones inmediatas en ese hospital, a fin de salvaguardar los bienes e insumos destinados para la atención médica.
Queda claro, subyace a la vista el juego y la doble moral de las y los trabajadores de la salud, de los sindicatos y sus intereses que históricamente ha obstaculizado la verdadera transformación de la salud en la entidad. Ojalá que ante tal evidencia las autoridades del IMSS-Bienestar, así como las autoridades judiciales puedan hacer su trabajo e indagar los hechos que sí, constituyen un delito, en detrimento del patrimonio público del estado.
Es tiempo de congruencia y de erradicar la corrupción que ha imperado en las secciones y fracciones sindicales del Estado de México, en los tres o más turnos en los que opera el sector salud. Cuando se habla de justicia social se habla de convicciones profundas.
Veremos al tiempo si la centralización o federalización de la salud, como se ha pregonado en todo el país, dará buenos resultados con el programa IMSS-Bienestar.