¿Perder ganando o ganar perdiendo? Da igual

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¿Perder ganando o ganar perdiendo? Da igual

Viernes, 28 Marzo 2025 00:00 Escrito por 
Mariel Álvarez Sánchez Mariel Álvarez Sánchez Ana Liza en línea

¿Perder ganando o ganar perdiendo? Una de estas frases encaja perfectamente con el caso que trataremos hoy. Este ya le dio la vuelta a México, es el del flamante diputado de Morena, Cuauhtémoc Blanco, acusado de violación.

Este caso se convirtió además en una prueba para “calar” la sororidad de las legisladoras de la Cámara de Diputados de México, quienes tuvieron que elegir entre ser fieles al proyecto de la 4ª Transformación, respaldando en bloque a uno de “la manada,” o mantenerse fieles al proyecto feminista y sororo que también alardea la 4ª T.

Si eligieran la primera opción, las legisladoras apoyarían la inocencia de Cuauhtémoc Blanco basándose únicamente en su palabra, en contraste con la acusación de su media hermana -que dice que no es su media hermana-, quien afirma ser su víctima.

Si optaran por la segunda opción, basada en el mito de la sororidad, las diputadas creerían primero en la palabra de la supuesta víctima y votarían a favor de quitarle el fuero al presunto responsable para que enfrentara un juicio como cualquier ciudadano. De ser inocente, regresaría a su curul con la frente en alto.

Pues no, esto último no sucedió. Optaron por la primera opción, pero no solo eso; posicionaron a Cuauhtémoc como la única y verdadera víctima, le dieron la tribuna para victimizarse como si fuera un héroe y, para rematar, lo arroparon con un movimiento solidario gritando en la máxima tribuna del país al pobrecito: "¡No estás solo, no estás solo!" Esa frase que los colectivos feministas usaron para defender a las mujeres víctimas de feminicidios y violencia.

¡Qué vergüenza! ¡Qué espectáculo tan deleznable! ¡Qué imagen de México para el mundo! ¡Qué mensaje para las mujeres justo cuando se legisla todo para defenderlas de la violencia machista! No cabe duda, diputadas, que ganaron su misión de arropar a un morenista, pero perdieron credibilidad, confianza y se pasaron por alto la sororidad.

Que conste que con esto no afirmo que el exfutbolista, exgobernador y actual diputado de Morena sea culpable, pero creo que tiene la obligación de responder a un proceso por una denuncia que afecta a millones de mujeres en el país. Debe hacerlo libre de un fuero que evidentemente jugará a su favor.

Argumentaron que la carpeta estaba mal hecha, que fue elaborada por su enemigo político (el exfiscal de Morelos) y que no hay pruebas suficientes, entre otras razones. Pero eso lo debe determinar un juez, y si el señor es inocente, que lo demuestre.

Con 291 votos a favor, 158 en contra y 12 abstenciones, la Cámara Baja votó el martes 25 de marzo para que no continuara el proceso de desafuero contra Cuauhtémoc Blanco, pero no es la primera vez que defienden a un macho abusador; está también el caso de Félix Salgado Macedonio. Con esto se demuestra que, en la Cámara de Diputados Federal, persiste un pacto de impunidad y patriarcal.

Morena está ebrio de poder y, en los recintos legislativos, imponen sus ideas, leyes y acuerdos sistemáticamente solo porque pueden y quieren salirse con la suya. Hasta la presidenta Claudia Sheinbaum opinó en la mañanera que Cuauhtémoc debería declarar; acto seguido, una hora después, el acusado posó frente a las puertas de la Fiscalía porque fue a declarar, claro, protegido por el fuero que le brindaron las legisladoras de Morena.

Díganme ustedes, ¿Morena en sí ganó perdiendo? Ganó el fuero para un miembro de la manada, pero perdió credibilidad. ¿O perdió ganando? Perdió toda credibilidad, pero ganó el fuero para su legislador, quien, por cierto, se ha visto involucrado en casos de corrupción, relación con la delincuencia organizada y hasta un homicidio.

En fin, este tema dará mucho de qué hablar.

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Mariel Álvarez Sánchez

Ana Liza en línea