Toluca/Estado de México
El mandil es una prenda habitual de cotidiano uso, ya sea en los hogares o en diferentes trabajos. El uso de esta prenda con peto que se cuelga del cuello y se ata a la cintura para proteger la ropa de quien lo porta, se remonta al siglo II A.C., en esa época lo usaban los sacerdotes en las ceremonias judías y en los sacrificios; también los egipcios y los sumerios lo usaban en comidas y banquetes.
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Es muy común que el mandil forme parte de algunos trajes regionales, ya que las mujeres de los pueblos lo solían portar para muchas actividades, también los hombres lo usaban, cruzado por detrás y en ocasiones hecho de un material más resistente que les protegiera al desempeñar oficios como el del molinero o el vidriero.
Las abuelas extendieron el uso del mandil o delantal, al formar parte de su vestimenta durante casi todo el día, además de proteger sus ropas en las labores culinarias, lo utilizaban como guante para sacar las ollas del horno, transportar los huevos del gallinero a la cocina, las patatas y hasta la leña seca para la estufa. Sirvió como cesta para verduras, frutas y hortalizas, y cuando la comida estaba lista, lo sacudían en la escalera, entonces los hombres sabían que debían ir a la mesa.
A diferencia del mandil, el delantal puede tener o no tener peto y es una prenda mucho más ligada al ámbito del hogar, sus materiales no son tan robustos y su uso se destina a proteger la ropa de manchas en labores de limpieza, jardinería, pintura, estética, y en caso de ser necesario hasta limpiar una que otra lágrima o la cara sucia del nieto que se llegue a esconder detrás de el.
