Debido al tráfico actual, por el olvido y la falta de información e interés del saber de nuestra historia, la gente y las nuevas generaciones desconocen la relevancia que en el pasado tuvieron los monumentos de la ciudad. Ahora todos pasan con gran prisa, ignorando por qué y cómo se realizaron. Además de cuál fue la importancia de su creación, colocación y lo que representan.
Ese es el caso de la fuente monumental del Paseo Colón, ubicado ahora sobre el mismo paseo y Venustiano Carranza, que en los principios del siglo XX y para la conmemoración de los 100 años del inicio de la Independencia, se le nombro la Fuente del Centenario; habiendo sido develada en el año de 1910, por el general Fernando González, gobernador del Estado de México, en el periodo de 1904 a 1911.
Durante las fiestas del Centenario, tuvo lugar una importante conferencia a cargo de la profesora, Sofía E. Arias, en la que destaco que la Fuente Monumental, cuyo proyecto lo ejecuto el escultor mexicano Juan de Dios Fernández y que el gobierno estatal había ordenado su hechura a la fundación del señor Manuel Morales, en Barcelona, España.
La profesora Arias en su disertación resalto la admirable descripción del significado de esa Fuente que, el 23 de febrero de 1911, se escribió en el periódico español, “Mercurio”.
“La concepción artística envuelve todo el poema de la historia de nuestro México, hábilmente representada en las diversas partes del monumento”.
“En el centro de un lago, un grupo de rocas soportan algunos vestigios ruinosos de la arquitectura azteca entre los cuales levantase la torre de un castillo, símbolo de la nominación española; cubre uno de los lados del torreón, el velo de la historia, que esconde los periodos turbulentos de aquel país, que el actual progreso y paz de la República Mexicana, dan al olvido.
Por otro lado, hábilmente combinada, muéstrese junto a la torre, la famosa campana de la parroquia de Dolores, que al impulso de la férrea mano del cura Hidalgo, congrego a los mexicanos a dar el grito de Independencia, en la noche del 15 de septiembre de 1810. Sobre el castillo vegeta la legendaria Chumbera (planta cactácea de tallos muy carnosos formados por una serie de paletas ovales con espinas que representan las hojas, flores grandes con muchos pétalos y fruto) o nopal, combinada artísticamente sobre dos grandes libros que simbolizan la Constitución y las Leyes de Reforma, descansando en estas, la urna del Sufragio; permaneciendo está abierta y saliendo de ellas ramas de laurel y olivo, que un águila gigantesca posa sobre un nopal, mostrando a las generaciones futuras el símbolo del progreso y de la paz, extraídos de las vigentes leyes y de las libertades mexicanas”. “Todo el monumento es notable, pero, en particular el águila constituye de por sí, una excelente obra de arte”.
Pocas veces ha sabido representarse el ave legendaria con tanto arte y esplendor, como la que ha modelado, para la fuente de nuestra Toluca, el conocido escultor Monserrat y, que fue fundida en los talleres de don Manuel Morales, en Barcelona, España.
