De Olimpia a la Paridad: La Lucha de las Mujeres por la Equidad en los Juegos Olímpicos

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De Olimpia a la Paridad: La Lucha de las Mujeres por la Equidad en los Juegos Olímpicos

Miércoles, 31 Julio 2024 00:02 Escrito por 
Ivett Tinoco Ivett Tinoco Matices

Todo comenzó en Olimpia, en el año 776 a.C., en la Grecia Antigua, con pruebas de velocidad y combates pugilísticos organizados para honrar a Zeus. Estas competencias evocaban las gestas heroicas narradas en la Ilíada de Homero, una de las epopeyas más importantes de la literatura griega. Cultura, religión y valores se entrelazaron con la fuerza física, el honor, la devoción religiosa y la búsqueda de la excelencia, por más de once siglos.

Participar en estos juegos era un privilegio exclusivo para los auténticos nobles, aquellos ciudadanos libres de Grecia que podían rastrear su linaje hasta antepasados nobles y guerreros. Los juegos fueron prohibidos en el año 393 d.C porque pensaban que era un culto religioso pagano tras la consolidación del cristianismo en el Imperio.

El renacer de los Juegos Olímpicos modernos tuvo lugar a finales del siglo XIX en la Sorbona de París, donde se fundó el Comité Olímpico Internacional (COI). Atenas fue elegida como sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos, celebrados en 1896. Para este evento histórico, se reconstruyó completamente el estadio Panathinaikó, el cual albergó las competencias, marcando el renacimiento de una tradición deportiva con profundas raíces históricas.

La segunda edición de los Juegos Olímpicos modernos, celebrada en París, marcó un hito al incluir por primera vez la participación de atletas femeninas. De las y los atletas convocados, sólo el 2% eran mujeres. La británica Charlotte Cooper se destacó como la primera campeona olímpica femenina al ganar el torneo de tenis en esos juegos de 1900. Antes de ella, la suiza Hélène de Pourtalès había obtenido una medalla de oro en vela, aunque en una competencia mixta, no exclusivamente femenina. No fue hasta los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928 que se incluyeron de manera significativa competencias específicamente para mujeres.

Un momento notable en la historia olímpica fue cuando la atleta mexicana Enriqueta Basilio se convirtió en la primera mujer en encender la llama olímpica durante los Juegos de México 68.

En los Juegos Olímpicos de París 2024, se alcanzará por primera vez la paridad de género, con la participación de 5,250 hombres y 5,250 mujeres. Este logro se refleja en deportes como la natación, el fútbol, la gimnasia y la lucha, donde prevalece la igualdad. Además, por primera vez en la historia, la ceremonia de clausura estará protagonizada por una competencia femenina.

Esta equidad se ha logrado tras una larga historia de discriminación y violencia, tanto por parte de las delegaciones, entrenadores como de los propios países. Ejemplos emblemáticos incluyen a Megan Rapinoe, quien ha sido una voz destacada en la lucha por la igualdad salarial en el fútbol femenino; Simone Biles, quien ha enfrentado y hablado abiertamente sobre el abuso y las presiones psicológicas en el ámbito deportivo; y Sha'Carri Richardson, cuya suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 por consumo de cannabis puso de relieve las políticas controversiales y las diferencias de trato hacia los atletas. Las mujeres de Medio Oriente han enfrentado obstáculos significativos debido a las restricciones y controversias sobre su vestimenta, siendo a menudo objeto de críticas y regulaciones que limitan su participación en competencias internacionales.

Además de la violencia y discriminación institucional, las atletas hoy en día también deben enfrentar las agresiones que se generan en las redes sociales. Estas plataformas, que podrían ser espacios para celebrar sus logros, a menudo se convierten en focos de críticas destructivas y ataques personales. Un ejemplo notable es el caso de Alexa Moreno, la gimnasta mexicana, quien ha sido blanco de comentarios discriminatorios y críticas en redes sociales debido a su apariencia física.

La lucha por la equidad en el deporte no sólo implica combatir las barreras institucionales, sino también erradicar la cultura de odio y discriminación que se manifiesta en el ámbito digital.

Como ha dicho Simone Biles: “Es difícil ser deportista, pero es más difícil ser una atleta mujer.”

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Ivett Tinoco García

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