Un Combatiente forestal sabe que si en un incendio declarado hay vientos fuertes, baja humedad y vegetación extremadamente seca, aquello arderá con intensidad. Y si además el acceso y condiciones para combatir son de gran dificultad, no pueden hacer nada más que presenciar cómo se consume un bosque y establecer medidas de prevención y seguridad para intentar que no se propague más.
Mediante técnicas de control y prevención (brechas cortafuegos, líneas negras, zanjas, trincheras), o mediante una extinción indirecta, como Contrafuegos (combatir el fuego con más fuego) y ataque directo con agua en zonas estratégicas, si la velocidad de propagación del viento lo permite, los combatientes forestales pueden llevar a buen término, con pocos recursos, un incendio forestal.
Eso ocurrió el pasado 7 de enero de 2025 en una zona de transición entre un espacio urbano y otro boscoso de la localidad de Palisades, California, en Estados Unidos, donde un fuerte incendio, contiguo a una zona montañosa, se salió de control por una desafortunada combinación de factores que constituyeron lo que se conoce como La Gran Tríada, que significa la concatenación de un fenómeno atmosférico (baja humedad, intensa sequía y alta velocidad del viento), con una enorme cantidad de combustible (exceso de vegetación seca con respuesta positiva al fuego) y la inaccesible topografía del lugar (pendiente y relieve), generaron las condiciones propicias para el desarrollo de un incendio forestal de grandes proporciones. A dicho fenómeno se le sumaron una deficiente estrategia de atención inicial, principalmente por la falta de agua, equipamiento, recursos humanos y el tiempo de respuesta prolongado.
Con corte al 15 de enero, ocho días después, el incendio ya se había propagado y devastado 16,000 hectáreas, dejando 26 personas fallecidas y casi 100,000 personas evacuadas en las localidades de Eaton, Hurst y Palisades. Los diversos focos críticos del incendio se encuentran activos actualmente en el Condado de Los Angeles. Las llamas han arrasado aproximadamente 160 kilómetros cuadrados; 35,000 casas y negocios sin electricidad y más de 150,000 millones de dólares en pérdidas económicas. Un desastre sin igual en la zona.
¿Por qué? Por el denominado Factor 30-30-30 es el conjunto de condiciones ya citado (La Gran Tríada) que creó el escenario de desastre, ya que con una temperatura superior a 30 Grados Celsius; una Humedad Relativa menor al 30% y una velocidad del viento mayor a 30 Km/h provocan un incendio forestal casi con cualquier chispa, de inmediato.
Nuevamente, un fenómeno cuyas características eran previsibles, identificables y totalmente prevenibles, sin embargo, la prioridad del desarrollo industrial, inmobiliario, comercial y turístico en la zona, nuevamente, soterraron los evidentes rasgos que anunciaron el desastre: la sequía, la escasez de agua, la mala administración del combustible vegetal, así como la poca inversión en la prevención y equipamiento de los cuerpos de atención a emergencias.
A partir de mediados de febrero, en menos de un mes, en nuestro México, estos escenarios comenzarán a presentarse, poco a poco, pues inicia la época de estiaje y con ello los incendios forestales. Guarde usted en su memoria el fenómeno del 30-30-30 y la Gran Triada, verá que volveremos a ellos pero ahora en nuestro territorio. Esto es también protección civil. ¡Que su semana sea de éxitos!
Hugo Antonio Espinosa
Funcionario, Académico y Asesor en Gestión de Riesgos de Desastre
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