A fin de concluir con este trascendente asunto, es menester mencionar que la utilización de los datos en la economía digital es un gran espacio de oportunidad que los gobiernos y las instituciones de seguridad social deben observar y capitalizar; con el objetivo de ajustar su radio de acción a las condiciones actuales del mercado económico y laboral; ello se puede lograr mediante la generación de servicios de valor agregado; el diseño de programas; pero sobre todo que tengan la capacidad de prever las prestaciones que se podrían solicitar a futuro.
Otra tarea que deberán asumir ambas entidades es, la responsabilidad de la privacidad de los datos y para hacerlo tendrán que elaborar propuestas objetivas y tangibles y es ahí en donde se encuentra; desde mi óptica personal, lo complejo del asunto porque implica la formación de profesionales. Coloco como ejemplo la legislación que se ha generado en la Unión (UE), a través del Reglamento General de Protección de Datos Personales (RGPD), una medida para proteger los datos con carácter de derecho fundamental.
Las tendencias del mundo de trabajo han impulsado la precarización e informalidad del empleo; así como, ha dificultado el financiamiento de los esquemas de seguridad social; debido a ello se debe actuar rápidamente mediante el diseño y aplicación de programas de seguridad social novedosos; aclarando que con lo anterior no estoy hablando de la desaparición de los esquemas actuales; si tenemos la capacidad de tocar las deficiencias en materia de protección social, estaremos en posibilidad de garantizar prestaciones sostenibles y adecuadas; incluidas la recaudación de cotizaciones y la prestación de servicios.
Un tema en el que debe haber claridad es; centrar los esfuerzos en la cobertura eficaz de los más vulnerables en el mercado de trabajo y entre ellos están los trabajadores atípicos, de plataformas, mujeres, informales; de forma tal que las plataformas digitales deben ser ubicadas como una oportunidad para facilitar la formalización, lo que implica plantear iniciativas que permitan coadyuvar a extender la cobertura de la protección social, abatiendo con esas medidas la discontinuidad laboral y la erosión de la base para el cálculo de cotizaciones.
En todo este nuevo entramado habrá de ser cuidadosos para no ubicar el asunto sólo en la aplicación de reformas paramétricas (aumentos de edad de jubilación y años de servicio); sino explorar, me atrevo a decir, ante la movilidad supranacional en el mercado de trabajo; esquemas de portabilidad y transferencia de derechos entre los países. De igual forma; el establecimiento de estrategias de formalización, financiamiento y políticas fiscales adecuadas.
Es bien cierto que; ya existen ejemplos de acuerdos sobre fiscalización digital como el de Estados Unidos y Francia en el marco del G-7 o el de fiscalidad digital que se ha impulsado a través del G-20; no obstante, hay que contemplar aspectos como los cambios demográficos versus la sostenibilidad como ejes esenciales
Estamos en presencia de un reto de gran talante para la seguridad social; ya que en estas nuevas formas los trabajadores pierden cobertura o la realización de tareas individualizadas provocan que no alcancen el total de ingresos para un régimen de pensiones y a ello hay que sumarle los cuidados de la salud como otra situación fundamental.
Otros aspectos igual de importantes a considerar son: el desafío climático, los cambios en las estructuras familiares; es decir, más mujeres trabajando y menos hijos y el tema de igualdad de género; debido a que el fenómeno del trabajo desde casa genera una doble carga de trabajo para las mujeres.
Para terminar este tema; lo haré con las siguientes conclusiones:
• Para que la seguridad social continúe siendo relevante, debe adaptarse a los cambios tecnológicos, económicos, sociales y culturales; incluidos los relativos a la economía digital emergente y abatir las brechas de cobertura y la erosión de la base de financiamiento.
• Seguridad jurídica y armonización de la situación laboral (evitar riesgos de clasificación errónea).
• Garantizar el financiamiento sostenible de los sistemas de seguridad social.
• Trabajar fuertemente en la protección de datos.
• Realizar una coordinación centrada en las personas
• Desarrollo de los trabajadores (esquemas de capacitación y recapacitación).
• Portabilidad entre naciones.
YA EN EL CORREDOR:
Gran controversia se ha generado en estos días con la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión; centrándose el debate en el artículo 109; redacción que hace alusión a un posible acto de censura a las plataformas digitales; situación en la que se pone como actor principal a la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones; a la que se le siguen asignando facultades y atribuciones que la convierte en una “Súper Agencia”; sin embargo, en este caso el asunto pasa por una invasión de facultades entre el Poder Ejecutivo y Legislativo; habrá que dar seguimiento al tema; pero eso ya será materia de otras entregas.
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