La esposa del rey Minos, Pasífae, sufrió durante años por la frustración que le provocaba no poder seducir a un animal muy particular. ¿Qué animal era? ¿Por qué fantaseaba con él? Aquí te contamos la extraña fantasía zoofílica de la reina:
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Pasífae, cuyo nombre significa “la luz que brilla para todos” y es conocida como la protectora de la luna, era la esposa del rey Minos, un hombre prepotente y de mal carácter que la había conquistado en sus mejores años de juventud. Pasífae era una mujer sensual, cautivadora e inteligente, y era admirada por muchos hasta que cayó rendida por una terrible maldición.
La prepotencia del rey Minos lo llevó a querer demostrar que los dioses se doblegaban ante él y que le concederían todo lo que pidiera. Pidió a Poseidón, el dios de los mares, que hiciera surgir del mar un animal, prometiendo que después lo sacrificarían en su honor. Poseidón hizo surgir de los océanos un impresionante toro blanco.
Sí, la belleza del animal era tan impresionante que ni el rey Minos ni su esposa se atrevieron a hacerle daño; en lugar de eso, el toro comenzó a formar parte del rebaño real y lo consideraban como parte de la familia. Esto enfureció enormemente a Poseidón, quien esperaba un sacrificio a cambio del favor, por lo que decidió vengarse.
Tras la desobediencia de ambos, Poseidón decidió lanzar una maldición sobre Pasífae que la llevó a desarrollar una fantasía zoofílica: la reina sentía pasión y un deseo carnal incontrolable por el magnífico toro blanco. Nadie parecía entender sus impulsos y la catalogaban como demente. La frustración se apoderaba cada vez más de ella al ver su incapacidad para seducir al toro, ya que el animal no parecía estar interesado en ella. Sin embargo, esta situación cambió de manera abrupta.
La reina pasaba sus días amargada, su encanto natural había desaparecido y su vida giraba en torno a un deseo insatisfecho. En el pueblo apareció un misterioso carpintero cuya fama impresionó al rey, quien lo contrató de inmediato. Se trataba de Dédalo, el hombre que según la mitología griega inventó la carpintería. Su talento enamoró al rey y juntos se pusieron a remodelar el palacio y a crear numerosos inventos que desafiaban los límites naturales.
Pasífae vio en Dédalo una oportunidad para cumplir su fantasía y le confesó su deseo; él decidió ayudarla creando una vaca de madera en la cual pudiera esconderse para enamorar al toro. El resultado fue tan impresionante que logró seducir al animal y tuvo relaciones con él, oculta dentro de la vaca de madera.
UNA ABOMINACIÓN: LA CREACIÓN DE UN MONSTRUO
El encuentro sexual entre el toro y Pasífae, además de aliviar su deseo sexual, trajo una sorpresa: Pasífae quedó embarazada. Sin embargo, la criatura que nació no sería un ser humano normal, ya que la mitad de sus genes provenían de un toro. Después de meses de espera, nació un terrible Minotauro. El rey Minos se horrorizó y castigó a su esposa y a Dédalo por ser los culpables de esta abominación.
Para resolver el problema, le pidió a Dédalo que construyera un laberinto sin salida debajo del castillo, y así lo hizo. Cuando fue completado, bajaron a la criatura y la encerraron para siempre. Con el tiempo, el Minotauro creció y, según los griegos, cada vez que rugía, la tierra temblaba.
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