Hoy hablaremos de una construcción porfirista, que en la actualidad todavía existe, siendo un gran referente en la arquitectura toluqueña, así como en la educación se trata de la Normal de Profesores de Toluca 1907-1910.
Mencionaremos que antes de 1880 en la ciudad de Toluca, existían solamente dos escuelas; una para niñas y otra para niños y ambas en una penuria absoluta; con el tiempo se construyeron otras dos escuelas.
En el periodo porfirista la instrucción primaria recibió en el Estado de México un gran impulso que se inició con la administración del licenciado José Zubieta, estableciendo las escuelas primarias Mariano Riva Palacio, Urbano Fonseca y Miguel Hidalgo para varones y la Luisa Maldonado y Leona Vicario para niñas en la capital de nuestro Estado.
Por lo tanto, para impulsar la instrucción primaria era necesario formar preceptores (persona que en una casa acomodada se encargaba del cuidado y educación de los niños) aptos y durante la administración del licenciado Zubieta se creó la “Escuela Normal de Profesores” por decreto del 10 de abril de 1882. Un mes después de expedirse este decreto, la Normal se instaló en un local anexo al Instituto Literario que antiguamente servía de capilla y donde se celebró por mucho tiempo el culto católico. El primer director de la escuela fue el profesor Santiago Enríquez Rivera.
Durante mucho tiempo la Escuela Normal permaneció anexa al Instituto, hasta que, por decreto del 2 de febrero de 1903, en la época del general Villada, se emancipó del Instituto destinando la parte antigua del mismo y dándole organización independiente.
En relación a lo anterior, por la antigüedad del local, la estrechez y lo antihigiénico de sus aulas y el gran número de matrícula, hizo pensar en la conveniencia de que se construyera un edificio apropiado.
Es por ello que la construcción del emblemático inmueble se inicia en el año de 1907 siendo inaugurada en 1911.
La imponente y bella fachada de este edificio que aún se conserva da a la calle de Independencia (otrora calle Real en el periodo Novohispano) y la fachada posterior a la calle de Degollado, actualmente primero de mayo. El proyecto y la dirección de la construcción estuvo a cargo del arquitecto Vicente Suarez Ruano egresado de la Escuela Nacional de Ingenieros, y quien le dio al inmueble en referencia un estilo de influencia francesa, teniendo como característica principal el uso de la mansarda, cubierta metálica que generalmente podían ser curvas, como las de la Normal, o planas como las que se encuentran en la casa afrancesada ubicada enfrente del templo de Santa María de Guadalupe (otrora San Juan de Dios) en Villada, arquitectura utilizada en esta época siendo una de las características del porfiriato.
El profesor Alfonso Sánchez García, señala en su trabajo titulado el “Primer centenario del Normalísimo en el Estado de México”, que esta edificación, fue el primer edificio que se planeó, trazó y realizó atendiendo a los dictados de la más estricta pedagogía.
El total de la construcción comprende dos partes: la destinada a los cursos superiores de la Normal, y la que corresponde a las escuelas anexa. Las dos partes están comunicadas entre sí según el proyecto, pero al mismo tiempo son independientes una de otra.
En 1908 ya se había construido la parte dedicada a las escuelas anexas, cuya fachada da a la actual calle del primero de mayo. El cuerpo de la construcción se divide en mitades simétricas separadas por el jardín de 464 metros cuadrados y la fachada que se alza sobre un entresuelo de 1,25 metros de altura, tiene dos series de ventanas simétricas a cada lado del centro de la fachada. El centro de la fachada está determinado por un salidizo de tres ventanas y a cada lado se encuentran dos puertas de entrada. El conjunto está coronado por un guardaviento y, conforme el proyecto, en el centro se encontraban la Dirección, salas de espera y porterías.
Tanto la parte del edificio destinada a la escuela elemental, como la destinada a la primaria superior, eran iguales en cuanto a disposición de los departamentos y anexos que, como se observa en los planos del edificio, son los siguientes:
1.- Guardarropa
2.- Sala de aseo
3.- Salón de gimnasia estética
4.- Sala de dibujo
5.- Salón para trabajos manuales
6.- Salas para cursos de 60 alumnos
7.- Patio cubierto
8.- Patio descubierto
9.- Jardín
Los departamentos de las escuelas anexas se edificaron en la parte posterior del edificio partiendo del criterio de que “Los más modernos tratadistas aconsejan que las construcciones de la escuela primaria deben estar alejadas del centro y del ruido del tráfico común de las ciudades”.
En relación a lo anterior, para elaborar el proyecto del edificio, también se tomó en cuenta que en las aulas de clase cada alumno dispusiera de más de un metro cuadrado de superficie y cinco metros cúbicos de aire respirable, que los departamentos se protegieran por corredores cubiertos con techos de lámina sin pilastras que interrumpen la circulación de los alumnos, que los techos fueran de lámina galvanizada sostenidos por viguetas de acero, que la amplitud de patios y jardines que separan a las dos alas dobles del edificio permitieran abundante ventilación en los salones de trabajo, que los patios y jardines fueran soleados, que el piso tuviera una elevación de 1.25 metros sobre el suelo para que fuera seco y bien acondicionado, razón por la que se construyó con duela de madera desflemada y secada a la estufa; también se consideró que la cantidad de luz que se recibe en los salones por las vidrieras de las puertas y ventanas fuera igual a la tercera parte de la superficie de las mismas.
El frente del edificio se destinó a la escuela anexa para párvulos que ocupaba los dos pabellones que separan la gran reja de la entrada hacia la avenida Independencia.
En el lado oriente de la fachada principal se proyectaron las oficinas de la dirección y administración, la sala de espera para el público, la biblioteca, pieza de estudio de profesoras, una habitación privada para su arreglo personal, el botiquín, la habitación para el conserje y la cocina. Después de esta construcción se proyectó el jardín de cultivos y el patio de animales domésticos. Entre este pabellón y el del poniente se encontraba un jardín central con una fuente de ornato y pajarera.
De acuerdo con el proyecto del edificio, en el área poniente del área destinada a los párvulos se encontraba una gran sala de juego de 90 metros cuadrados de superficie, el guardarropa, el lavabo, tres salones para clase y un gran patio cubierto de 200 metros cuadrados. La edificación de esta área obedecía a la idea de alojar a un grupo de párvulos para darles una esmerada educación científica, promoviendo su desarrollo físico, intelectual y moral.
El departamento profesional destinado a los aspirantes del profesorado, es de dos plantas: en la planta alta se encontraban la dirección, administración y los dormitorios del internado y en la planta baja los salones para las cátedras, gabinetes, museos, laboratorios, piezas de servicio y los anexos destinados a promover el desarrollo físico de los estudiantes como patios de ejercicio al aire libre, gimnasio, baños con regadera, etc. En las salas destinadas a las cátedras se procuró llenar los requisitos prescritos por la higiene y la pedagogía de la época.
Hasta el mes de noviembre de 1908 se había gastado en la construcción del edificio $158,193.99 pesos y se emplearon como principales materiales la piedra del cerro de Huitzila, ladrillos de la región y las mejores maderas.
El edificio de la Escuela Normal de Profesores que constituye uno de los más hermosos con los que cuenta la ciudad de Toluca tacita de plata con olor a sacristía (Enrique Carniado), se inauguró en el año de 1910 dentro de las fiestas para conmemorar el Centenario de la Independencia y contando con la presencia del general José de la Cruz Porfirio Día Mori.